La revolución de la Inteligencia Artificial ya está en marcha y está teniendo enormes repercusiones en el mercado laboral mundial. No cabe duda de los beneficios de la inteligencia artificial (IA) —como la automatización de las tareas repetitivas y monótonas que todo el mundo odia tanto en el trabajo—, pero también amenaza con dejar obsoletos muchos puestos de trabajo existentes. Un reciente estudio de investigación examina en profundidad esta arma de doble filo.

Los trabajos rutinarios están en peligro

El estudio —titulado «Inteligencia Artificial: Su impacto en la empleabilidad», de los investigadores Rickardo Gomes y Meiriele Santos— explora cómo la IA está teniendo repercusiones tanto negativas como positivas en el mercado laboral: al tiempo que elimina ciertos roles —en especial los que precisan de tareas mecánicas— también crea nuevas oportunidades —sobre todo en el área de la tecnología—.

Como dicen los autores: «Se ha observado el rápido avance de la IA en contextos corporativos y sociales, y a pesar de sus aspectos negativos y positivos, es urgente crear vías para que todos puedan beneficiarse.»

Con el lanzamiento de modelos de IA más y más poderosos (como ChatGPT 4 o Claude), el proceso parece estar en pleno desarrollo.

Estas perturbaciones están afectando muchas áreas del mercado laboral y cambiando la manera en que muchos hacen su trabajo.

Ha llegado a afectar hasta a los deportes y las profesiones creativas, como la redacción de contenidos y creativos publicitarios, sobre todo cuando las empresas dan prioridad a la reducción de costes frente a la calidad del trabajo.

La capacidad de adaptarse a los cambios que trae consigo la IA es esencial para seguir siendo relevante en el mercado laboral. Advierten de que los trabajadores incapaces de aprender nuevas habilidades pueden enfrentarse a un futuro sombrío: «Estas personas, que antes realizaban tareas repetitivas, quedarán aún más marginadas del mercado laboral».

El lado positivo: Nuevas oportunidades en la tecnología y más allá

El auge de la IA generativa también tendrá efectos positivos en el mercado laboral. La IA está dando paso a nuevas oportunidades de empleo altamente cualificado en ámbitos de vanguardia como el desarrollo de software, la ciencia de datos y la propia ingeniería de IA.

En el análisis de Goldman Sachs “The Potentially Large Effects of Artificial Intelligence on Economic Growth”, se predice que la IA no sólo afectará el mercado laboral, sino que también impulsará el crecimiento económico y creará nuevos puestos de trabajo. Su investigación reconoce que la IA sustituirá a algunos trabajadores, pero a menudo complementará y mejorará la eficiencia del trabajo de muchos empleados y dará lugar a profesiones que ni siquiera existen.

En el sector no tecnológico de la economía, desde la sanidad a la industria del entretenimiento, la IA está reconfigurando la forma en que los trabajadores altamente cualificados realizan su trabajo. Los expertos en campos no tecnológicos también tendrán que adaptarse a las nuevas herramientas de IA en sus respectivos sectores para seguir siendo relevantes.

Desarrollar las competencias adecuadas

Entonces, ¿cómo pueden los trabajadores seguir siendo empleables en medio de este tsunami tecnológico? Según Gomes y Santos, tienen que desarrollar continuamente un conjunto de habilidades diversas que combine capacidades técnicas con habilidades «blandas» vitales como la inteligencia emocional. Para demostrar su punto de vista, los autores utilizan el concepto de «Teoría de la Compensación»:

«La Teoría de la Compensación sugiere que los individuos pueden compensar la falta de habilidades técnicas específicas desarrollando otras habilidades y características, como habilidades socioemocionales como la motivación, la creatividad, la perseverancia, la iniciativa y la resiliencia».

De hecho, las profesiones que implican trabajos que requieren habilidades sociales o emocionales, la capacidad de tomar decisiones empresariales complejas y los puestos de atención al cliente centrados en establecer relaciones con los clientes tienen menos probabilidades de verse alterados por la IA. Peter Cardon, profesor de la escuela de negocios, predice que «la integración de la IA exigirá que los lugares de trabajo se centren aún más en el ser humano», aumentando así el valor de las «habilidades blandas» exclusivamente humanas en el lugar de trabajo.

Por otra parte, los empleados con conocimientos de IA están muy solicitados. En Europa, los empleos mejor pagados están relacionados con la IA, la necesidad de funciones relacionadas con la IA y la ecología va en aumento, y están apareciendo nuevos centros tecnológicos de IA para aprovechar la demanda.

No será un camino de rosas. Es probable que tengamos que replantearnos nuestros modelos educativos, fomentando las oportunidades de aprendizaje permanente, y desarrollar políticas integradoras para dotar a todos los miembros de la sociedad de competencias orientadas hacia el futuro.

Como concluyen los investigadores, esta revolución «requiere una evolución tanto de los procesos de trabajo como de las competencias individuales». Tendremos que adaptarnos, tal como venimos haciéndolo desde que el ser humano empezó a explorar la Tierra. Enfrentaremos los nuevos retos que plantea un entorno cambiante y desarrollaremos las habilidades que necesitamos para afrontarlos. La IA puede utilizarse como una nueva herramienta en lugar de ser únicamente una amenaza para nuestra empleabilidad.